¿Quieres ser la madre perfecta y la trabajadora ideal? Silencia tus luchas.
- Paola Michell Barahona Aceituno
- 30 ago 2024
- 2 Min. de lectura
A veces, parece que ser una buena trabajadora y mamá implica que tienes que hacer todo sin que nadie note lo que pasa detrás de escena. Nos encontramos enfrentando las mismas cargas laborales, incluso si no dormimos lo suficiente, o si necesitamos salir antes porque nuestro peque nos necesita. Y, aún así, seguimos sonriendo y tratando de cumplir con todo, como si nada nos afectara.

Pero, aquí es donde quiero decirte algo importante: no estás sola en esto. Ser mamá y trabajadora es un reto enorme, y aunque a veces parezca imposible, la clave está en encontrar un equilibrio que funcione para ti. No se trata de hacer todo a la perfección, sino de aprender a pedir ayuda cuando lo necesitas y de soltar la idea de que siempre tienes que ser la mejor en todo.
Tómate un momento para reflexionar: ¿qué es lo que realmente importa? A veces, nos perdemos en intentar cumplir con las expectativas de los demás, cuando lo que de verdad necesitamos es escuchar nuestras propias necesidades y encontrar maneras de cuidar de nosotras mismas.
Recuerda que no tienes que hacerlo todo sola. Hay apoyo disponible, y pedir ayuda no te hace menos capaz, sino más fuerte. Equilibrar la maternidad y el trabajo es un acto de amor, tanto hacia tu familia como hacia ti misma. Y sí, es cierto que la sociedad pone muchas expectativas, pero también es cierto que puedes empezar a cambiar esa narrativa desde tu propia vida.
Imagina lo liberador que sería vivir la maternidad y tu carrera de una manera más compasiva contigo misma. Aprender a poner límites, a priorizar lo que es importante y a dejar atrás la culpa por no ser ‘perfecta’. Porque, al final, ser mamá y trabajadora no es un título que viene con condiciones imposibles, sino un viaje personal en el que estás construyendo tu propia versión de éxito.
Así que la próxima vez que sientas esa presión de ser la madre perfecta y la trabajadora ideal, respira hondo y recuerda: tu bienestar también es una prioridad. Y en ese equilibrio que poco a poco vas creando, descubrirás que puedes disfrutar de ambas cosas sin tener que renunciar a ti misma.
Paola Barahona
Comments